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Escrito por: Dr. Jair Alvarado Espinoza
Publicado: 14/03/2023
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Desastres naturales: Conflicto de visiones

Escrito por: Dr. Jair Alvarado Espinoza
Publicado: 14/03/2023

Las intensas lluvias ocurridas en los últimos días han originado inundaciones y huaicos en diversas regiones del país y afectado a miles de familias, por lo cual ha generado la ayuda del Estado para atenuar sus consecuencias; pero debemos preguntarnos: ¿Las soluciones aplicadas se han basado en la experiencia o solamente en buenas voluntades? ¿La responsabilidad es del Gobierno o de las personas?

El economista Thomas Sowell en su libro Conflicto de visiones (1987) nos presenta dos visiones divergentes: una visión no restringida, que busca imponer la virtud y combatir al egoísmo generado por las instituciones sociales y sus incentivos, y otra es la visión restringida por nuestra realidad misma, que muestra la condición humana imperfecta por tomar desafortunadas decisiones, que debemos orientar con incentivos.

La visión no restringida se basa en las intenciones de los gestores de ideas, mientras que la visión restringida se basa en experiencias exitosas. Para explicar las propuestas de Sowell, vamos a comentar una frase de su autoría: “Una de las señales más tristes de nuestro tiempo es que hemos demonizado al que produce, se subsidia al que se rehúsa a producir y se glorifica al que se queja”.

Ante los desastres naturales pedimos ayuda económica al Gobierno, la cual proviene de los ingresos fiscales, es decir, de los tributos pagados por las empresas, las cuales son “demonizadas” por dirigentes que se encargan de culpar a todos, menos a ellos, pero que al “quejarse” son ensalzados por aquellos que coincidentemente requieren los “subsidios” y que mayormente son informales. Gastar sin saber cómo obtener ingresos

Considerando los desastres naturales, la visión no restringida culpa al Gobierno, a la falta de leyes o simplemente no debió pasar, es decir, las cosas buenas pasan de manera espontánea, pero las cosas malas son siempre culpa de otros. La visión restringida por la experiencia nos dice que no debemos construir nuestras casas en las quebradas secas o que el Gobierno debe supervisar mejor la gestión de obras públicas.

Nuestras decisiones transcurren entre ambas visiones y dependen de la forma en que evaluamos los costos o sacrificios que consideran los procesos sociales, políticos y económicos; la visión no restringida da relevancia a las intenciones, va a las soluciones, mientras que la visión restringida juzga los resultados y costos de los procesos, mas no las intenciones de las personas, por ello debemos pensar mejor nuestra visión.


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