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Escrito por: Adrián Colomer Winter
Publicado: 04/10/2020
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La anarquía del parque automotor

Escrito por: Adrián Colomer Winter
Publicado: 04/10/2020

Ayer pasé por el ovalo Cáceres y observé la pasividad con la que los policías dirigen el ordenamiento vial del parque automotor.  No tienen ningún ápice de autoridad frente las irregularidades de manejo de los conductores; una costumbre que ya tiene aceptación social   colectiva y que a los policías no les parece importar corregir para garantizar una mayor seguridad vial ante los riesgos de accidentes de tránsito.  La alta dirección de la policía quizá   debería preguntarse cuantos efectivos policiales necesita por flujo vehicular para sancionar a los conductores irresponsables.  Sin embargo, la estrategia va más allá de mapear la cantidad de refuerzos que se necesita para esta labor, si no la calidad con la que desempeñan su labor bajo los principios de autoridad; de que sirve colocar más policías que acentúan la anarquía del tránsito si lo que cuenta es la técnica por la cual deberían prever a tiempo el irrespeto a las normas de conducción. Haciendo una analogía a la dinámica del tráfico que tenemos en España, les aseguro que el grado de incumplimiento de las normas   por parte de los conductores es mucho menor; ¿creen   ustedes que se atreven a desafiar rebeldemente a la policía cuando la palabra es ley y la sanción es consecuente a la infracción?

Una sugerencia hacia los dirigentes de la PNP es que empiecen a invertir en radares de regulación vial a través de cámaras ocultas detrás de letreros ubicados en zonas estratégicas donde el conductor no tenga margen de transgredir la costumbre: “hecha la ley, hecha la trampa”. Por lo tanto debe ser una cámara equipada a base de sensores de movimiento que fiscalicen tanto el manejo del conductor y el desempeño del policía por si existe un caso de infracción y el policía incurre en actos de coimeo.  Consecuentemente, la información recogida por el dispositivo se reporta directamente a la central de datos del Ministerio de Transportes para que de esta manera no exista margen de alterar el proceso de aplicación de la norma en tanto los policías no pueden manipular las evidencias a su favor. Lamentablemente, en un país donde el desorden es la costumbre, el cumplimiento de la norma debe ser a “prueba de pendejos” para garantizar una pacífica convivencia púbica. Y termino con esto estimada PNP,   la hipótesis” a mayor vigilancia policial, mayor control del tránsito” esta sesgada , porque  se descentraliza la corrupción más no el orden.


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