Con la reciente ley aprobada por el Congreso de la República del 29 de marzo del 2023 que autoriza el uso de armas no letales al serenazgo municipal, se abre una modalidad de considerar que la iniciativa fue necesaria para reducir el índice de criminalidad que está aumentado de manera alarmante en Lima preferentemente; sin embargo, existen falencias y falta de precisión normativa en cuanto a la organicidad y a la mención que hace referencia a "armas menos letales", la cual resulta ser cuestionada frente a lo que sostienen las Naciones Unidas y los derechos humanos respecto a lo que implica la letalidad aun reducida, además de la organicidad que implica que solo los municipios con mejores recursos podrán lograr un mejor equipamiento, con el riesgo de que la provisión del equipamiento para el serenazgo esté condicionada a la disponibilidad presupuestal. Esta fórmula resultaría contraproducente en nuestro contexto, donde se evidencia una situación real de déficit en la recaudación tributaria de muchos municipios que no cuentan con ingresos de Foncomún suficientes, con una morosidad promedio mayor o igual al 60 % (Contraloría General de la República, 2022).
De ahí se deduce la necesidad de una capacitación exhaustiva que necesariamente debe estar a cargo de la Policía Nacional, lo cual implica, además, entrenamiento permanente para la adquisición de conocimientos y criterios emocionales apropiados; por otro lado, el uso de recursos respectivos para el equipamiento, la capacitación y las evaluaciones psicológicas periódicas a los serenos municipales, desvirtuándose así el hecho de que sea de forma gratuita, con el añadido de que la autoridad municipal, de acuerdo a su disponibilidad presupuestal y prioridades, destinará los recursos para este cometido, lo que también implica que el serenazgo tenga un uniforme único a nivel nacional para su identificación inmediata, un seguro de vida contra accidentes, la profesionalización a partir de una escuela de capacitación, con una línea de carrera, de tal manera que el gobierno local en coordinación con el ejecutivo garanticen su proyecto de vida (Defensoría del Pueblo, 2022).
Estas circunstancias coyunturales respecto del fortalecimiento previo del serenazgo, de modificación de la ley que lo regula, de homogenizar los procedimientos labores de reclutamiento de personal capacitado para el manejo y empleo de este tipo de armas menos letales, a la par con atribuirles nuevas funciones, implica un sinceramiento de cómo y cuánto se ha avanzado desde los gobiernos locales respecto a la formalización del cuerpo de serenazgo en cada municipio en el entendido de que, conforme a la ley orgánica de municipalidades, la función es preventiva en el contexto de la seguridad ciudadana (Sánchez, 2020).
En ese sentido, existe un reto normativo y de gestión ínsito desde la adecuación del Reglamento de la Ley 31297, Ley del Servicio de Serenazgo Municipal, aprobado por Decreto Supremo 009-022-IN, en el plazo máximo de 30 días calendario contados a partir de la entrada en vigor de la ley.
Por otro lado, al considerarse como armas menos letales las escopetas con cartuchos de perdigones de goma, el bastón tonfa, prevalentemente, deben ser regulados de manera explícita y en qué circunstancias en cuanto a su uso es permisible, para evitar excesos y vulneración de los derechos humanos, tomando como única razón la de prevenir y disuadir (Barata, 2017).
Conclusivamente, no queda nada claro si esta ley y su implementación ayudarán a reducir la inseguridad y delincuencia en el país, es el propósito; sin embargo, implicará retos conjuntos, fortalecimiento del cuerpo de serenazgo, presupuesto y adecuación normativa disciplinar de política de Estado suficiente para maximizar la eficiencia frente al reto de reducir la inseguridad en las calles. Es una tarea necesaria y lo que queda es apostar por nuestras instituciones y tomar el toro por las astas para lograr un cambio notorio perceptible por la sociedad en la lucha contra la delincuencia.
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