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Investigaciones sobre la crónica española de Guamán Poma de Ayala

Por: Universidad César Vallejo
Abril 22 de 2022
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Se publicó un libro en el que se realiza una descripción preiconográfica siguiendo el método de Irving Panofsky, el primero de una serie de tres tomos que busca identificar los rasgos culturales de los territorios comprendidos en el imperio andino denominado Tawantinsuyu. En este primer tomo, la investigación se enfocó en uno de los cuatro “suyus” llamado Collasuyu.  La identificación cultural del Collasuyu se llevó a cabo a través de la crónica española del siglo XVII, de Felipe Guamán Poma de Ayala (1993 [1615]). Mientras que la variable cultura estuvo basada en la propuesta de Paula Igareda (2011), la cual ha utilizado como base teórica las ideas planteadas por Santamaría (2001); Poyatos, (1976; 1983) y Mayoral (2000) para dimensionar dicha variable. Finalmente, se usará el método iconológico de Panofsky (1955).  En base a lo expuesto, la publicación de los primeros resultados sobre el Collasuyu (Tomo I) se enfocó en la descripción preiconográfica. Mientras que la segunda publicación, la cual se está desarrollando actualmente en el contexto de una investigación con fondos concursables en la UCV, tratará sobre el análisis iconográfico. Finalmente, habrá una tercera publicación sobre la interpretación iconológica. El método iconológico de Panofsky La investigación, se basa en la propuesta de Erwin Panofsky (2008 [1983]; 2008 [1939]; 1999 [1927]). Pero quizás, su obra, Iconografía e iconología: introducción al estudio del arte del Renacimiento, sea la más sustancial para nuestro propósito. Se trata de un artículo en el que desarrolla teóricamente un método de análisis visual basado en tres etapas a las cuales denominó como preiconográfica, iconográfica e iconológica. Su propósito es alcanzar el significado de una obra de arte a través de dichas etapas.  En la primera etapa, la descripción preiconográfica, el investigador debe consignar aquellos datos que posee la obra, ya sean fácticos o expresivos, alcanzados por nuestra percepción, los cuales requieren una apelación a mayores conocimientos como el tiempo y la cultura dados en la realización de la obra. En la segunda etapa, el análisis iconográfico, el investigador debe identificar y clasificar imágenes, historias y alegorías. Hasta aquí, se necesita de un método descriptivo y no interpretativo. Por último, la etapa iconológica, tiene como objetivo la interpretación de la obra de arte. Debe buscarse el significado intrínseco del contenido de la obra. El investigador debe estar atento a los procedimientos técnicos, a los rasgos de estilo, a las estructuras de composición y temas iconográficos.  La iconología se ocupa del origen, transmisión y significado profundo de las imágenes. Es el grado último que permite comprender la imagen; el soporte es la iconografía. No hay iconología sin iconografía. La diferencia esencial es que la iconología se contempla como un hecho histórico global, de suerte que se reclaman para su entendimiento todos los elementos que componen el tejido del pasado. Por eso, la iconología, más que rama de la historia del arte, lo es de la cultura y del pensamiento. El término iconografía procede de los vocablos griegos “iconos” (imagen) y “graphein” (escribir); la iconografía podría definirse como la disciplina cuyo objeto de estudio es la descripción de las imágenes, o como han señalado algunos autores, la escritura en imágenes. La iconografía nos permite conocer las imágenes, en cuanto formas y también en sus aspectos semánticos, puesto que consiste tanto en el conocimiento y análisis de los prototipos formales, basados en las fuentes escritas que aluden a ellos, como en el propósito de desvelar, al menos parcialmente, los mensajes que en ellas se encierran.  Además, la iconografía es también el estudio de la evolución de los iconos, el análisis de su desarrollo, de sus transformaciones a lo largo de los siglos y de sus pervivencias. La iconografía no consiste únicamente en ilustrar o poner en relación un texto con una determinada imagen, sino que es una ciencia mucho más compleja, cuyo estudio requiere de una metodología específica y apropiada.  Algunos atributos formales en la iconografía andina han servido para la identificación de personajes en distintos estudios de la expresión artística sobre soporte cerámico y mural. En el caso de estudios iconográficos moche (Makowski 1994; Castillo 2017; Golte 2009; Hocquenghem 1987) es donde más avances se han logrado. La Crónica de Guamán Poma de Ayala El investigador alemán Richard Pietschmann halló el manuscrito años antes de 1908 en la Biblioteca Real de Copenhague. Felipe Guamán Poma de Ayala finaliza su redacción de Nueva Corónica y Buen Gobierno en 1615 (Pease, 1993, Pág. IX).  Las crónicas españolas son documentos paleográficos que recogieron importante información histórica en los siglos XVI, XVII y XVIII, en los Andes sudamericanos. Una crónica singular, por el uso de láminas indicando distintos paisajes, personajes, animales y objetos; en una serie de situaciones y contextos representativos, además descritos textualmente; la Crónica de Felipe Guamán Poma de Ayala (1993 [1615]) será usada como base para esta publicación.  Para este trabajo se utilizó la primera edición del Fondo de Cultura Económica, presentada en tres tomos y titulada Nueva Corónica y Buen Gobierno. El Tomo I comprende el prólogo y la Nueva Corónica y Buen Gobierno. El prólogo comprende la bibliografía básica y el criterio de la edición. La Nueva Corónica y Buen Gobierno comprende la tabla de la dicha corónica, la presentación y la Nueva Corónica. El Tomo II comprende el Buen Gobierno. El Tomo III comprende los Idiomas de don Felipe Guamán Poma de Ayala, un vocabulario, las siglas empleadas, los textos andinos de don Felipe Guamán Poma de Ayala y dos apéndices, el índice onomástico y el índice toponímico y etnonímico. La edición y prólogo son de Franklin Pease.  El Collasuyu El Collasuyu es una gran región cultural, con una extensión mayor que las llanuras mayas y la cuenca de México. Comprende la llamada meseta del Collao, en el Altiplano andino. Actualmente, este inmenso territorio es una zona compartida por Perú y Bolivia. En la zona peruana, corresponden los actuales territorios de Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna. Según Stanish (2001: 190), se trata de los Andes sur centrales. En la época inka, el Altiplano se definió como uno de los cuatro suyus del imperio andino llamado Tawantinsuyu, cuya capital fue la ciudad del Cusco.  Uno de los factores geográficos que contribuyó a su definición fue la presencia del lago Titikaka y su entorno geográfico y geológico. Pero, sustancialmente, adquirió una fuerte personalidad a través de la población que se asentó en la región. El lago Titikaka representa una importante fuente de vida, dando lugar a una fuerte economía basada en la agricultura y la ganadería. Considerado el cuerpo de agua navegable más alto del mundo, a una altitud de 4000 m s. n. m. Su profundidad máxima es de 280 metros y la profundidad media en 107 metros.  La reserva del lago Titikaka, creada en 1978, alberga 60 variedades de aves, 14 especies de peces originarios del lago y 18 especies de anfibios, entre los cuales se encuentran la rana gigante del Titikaka (Telmatobius culeus), que puede llegar a pesar hasta 3 kilogramos. Existen en la actualidad, patos zambullidores, gato andino, chulumpi tiki, guallatas y parihuanas. Entre los peces destacan el suche (Trichomycterus rivulatus), y varias especies de orestias, entre las más conocidas se hallan el carachi negro, amarillo, blanco, enano, gringo, ispi, y peces de otras familias como el mauri (Trichumectarun dispar) y las especies introducidas trucha y pejerrey. Entre los peces extintos por la pesca excesiva e introducción de especies inapropiadas se hallan la boga y el umanto.  Su flora está representada por 12 variedades de plantas acuáticas resaltando la totora (Scirpus californicus), la yana llacho (Elodea potamogeton), la lenteja de agua (Lemna sp.) y la purima (Chara sp.). Entre la fauna terrestre. La población de la “cultura Poquecolla”, comprende las poblaciones Inka y post inka que florecieron y se desarrollaron en la meseta del Collao. Este grupo poblacional es asociable al Collasuyu, región definida como tal en la época Inka y que hoy en día corresponde al altiplano andino compartido por Perú y Bolivia. El segundo es la manera cómo el autor conduce al lector hacia el procedimiento de una operacionalización de la variable cultura, que en este caso se extiende hacia la cultura tardía y colonial del Collao. Un poco más adelante explicaremos lo que se entiende como operacionalización de una variable y que aparezca en el segundo tomo, como una preocupación de los autores.  Por último, la investigación en general analiza una selección de láminas tomadas de la Nueva Corónica y Buen Gobierno, publicada por el Fondo de Cultura Económica, perteneciente al cronista Felipe Guamán Poma de Ayala (1993 [1615]). En ellas se representa a la población del Collasuyu desde la mirada y entendimiento del cronista indígena, quien ilustra el emblema del Collasuyu, los símbolos identitarios por género de los Collas, así como diversos personajes de importancia política. También describe ciertas festividades, algunas prácticas religiosas y funerarias que los collas realizaban en el Altiplano andino durante la época inka y la Colonia temprana.  En cuanto a la presentación del análisis de las láminas se debe señalar que esta es ágil y hace que la lectura de los textos sea de fácil comprensión.  En el primer tomo, ya publicado por la UCV, cada lámina se presenta con su texto en tres partes: en la primera se hace la transcripción original de la crónica, la segunda consiste en una explicación clarificadora del mismo texto y la tercera corresponde a la descripción preiconográfica de los personajes del Collasuyu.  El prólogo del primer tomo fue realizado por la Dra. Luisa Díaz Arriola, directora de Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.  El segundo tomo de la obra está siendo investigado actualmente por el Dr. Miguel Antonio Cornejo Guerrero como autor principal, con el apoyo del Mgtr. Juan Tanta Restrepo, director nacional de la Escuela de Arte y Diseño Gráfico Empresarial; Mg. Elenisa Uvidia, docente TC, EADGE, UCV y la autora externa Dra. Luisa Díaz Arriola, directora de EP de Arqueología de la UNMSM.  
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