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Ingeniería industrial y procrastinación: cómo impacta en el desempeño académico

Por: Mgtr. Heydrich Gutiérrez Álamo
Docente de la Escuela de Ingeniería Industrial
Campus Ate
julio 16, 2025
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Los estudiantes universitarios suelen postergar sus actividades académicas por diversos motivos. Entre los más comunes se encuentran la desorganización, la falta de motivación y las distracciones con las redes sociales. Aunque puedan parecer inofensivas, estas prácticas afectan seriamente su desarrollo personal y profesional.

 

Analizando estas acciones desde la perspectiva de la Ingeniería Industrial, disciplina que se enfoca en la optimización de procesos y la eficiencia en el uso del tiempo, la procrastinación representa un serio problema de gestión del tiempo, que afecta directamente el rendimiento académico y la calidad del aprendizaje universitario. 

 

Procrastinar es el hábito de postergar tareas sabiendo que esta decisión puede perjudicarnos más adelante. Si analizamos este hábito, podríamos compararlo con la falta de planificación, organización, reproceso y tiempos muertos. Tal como ocurre en los procesos productivos, cada tarea que no se realiza oportunamente provoca estrés, retrocesos y afecta la calidad del aprendizaje, perjudicándonos en nuestro desarrollo profesional.

 

Aplicar principios de la ingeniería industrial al ámbito académico permite ver al estudio como un sistema que debe organizarse, planificarse y mejorarse continuamente. La ingeniería industrial aplica herramientas para optimizar procesos y eliminar problemas. Conceptos como análisis de tiempo y movimiento, costo de oportunidad, gestión visual y ciclo de Deming (planificar-hacer-verificar-actuar) pueden aplicarse como nuestras rutinas de estudio.

 

Sin embargo, cuando estas herramientas no se incorporan a la rutina diaria de los estudiantes, se produce una desconexión entre lo que se sabe y cómo se aplica en la vida real.

 

En el desarrollo académico, el tiempo es un recurso limitado. Cada momento desperdiciado es una oportunidad perdida, afectando no solo los resultados académicos, sino también la salud mental y la motivación. Esto puede generar un ciclo difícil de romper si no se aborda de manera responsable.

 

Al mirar la procrastinación desde la perspectiva de la ingeniería industrial, notamos cómo esta mala práctica, aunque pequeña, afecta el rendimiento académico y el crecimiento personal. Para superarla, no es suficiente tener voluntad; se necesitan estrategias y aplicar principios como la organización, la planificación efectiva y el control consciente de nuestras decisiones. No se trata de dedicar más o menos tiempo, sino de usarlo de forma adecuada. Porque al final, estudiar también es gestionar. Y sabemos que el tiempo perdido no se recupera.

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