Dios creó la naturaleza para el servicio y la sobrevivencia del hombre; si la destruye, destruye su propia existencia.
Los incendios forestales en Perú son un problema grave que afecta tanto al medioambiente como a las comunidades locales. En las últimas semanas, se han registrado 233 incendios forestales en diferentes partes del país, incluyendo la región de San Martín. Estos incendios han tenido un impacto devastador en la flora y fauna, así como en la calidad de vida de las personas.
Desde hace muchos años, las principales causas han sido bien establecidas, pero las autoridades nacionales, regionales y locales muy poco han realizado para frenar estos eventos.
- La quema agrícola no controlada por el carbón: la práctica de quemar residuos de cultivos sin medidas adecuadas puede provocar incendios fuera de control.
- La deforestación ilegal: la tala indiscriminada de árboles deja el suelo vulnerable a incendios accidentales por las madereras.
- Las actividades mineras y extractivas: el uso de maquinaria y explosivos en zonas forestales puede generar chispas y fuentes de calor que desencadenan incendios.
- El cambio climático: las sequías prolongadas y el aumento de temperaturas crean condiciones propicias para la propagación de incendios; además de las ventas de tierras y la afectación de las comunidades indígenas, quienes son los únicos defensores de la naturaleza.
¿Qué ha hecho el Congreso para solucionar el problema planteado? La reciente modificación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, Ley N.° 29763, aprobada por el Congreso enero 2024, ha generado mucha controversia y preocupación, especialmente entre las comunidades indígenas y organizaciones ambientales. La modificación de los artículos 29 y 33 de la mencionada ley suspende la obligatoriedad de la zonificación forestal como requisito para otorgar títulos habilitantes; es decir, si no hay árboles, se venden las tierras. ¿A quiénes beneficia esta ley? Precisamente, a los depredadores que señalamos anteriormente, al narcotráfico, a las madereras, a las mineras ilegales y a las grandes empresas transnacionales que depredan las tierras con plantaciones que erosionan los suelos, demostrando una falta de interés por el cambio climático, sino el poder del dinero.
Esta variación en la norma puede facilitar la deforestación y la explotación de recursos naturales en territorios indígenas, afectando gravemente sus medios de vida y la conservación de sus tierras. Las comunidades indígenas dependen de los bosques para su subsistencia y, la pérdida de estos recursos naturales, puede tener consecuencias devastadoras para su cultura y economía.
Al Congreso poco le importa la consulta previa. En la región de San Martín, varios líderes indígenas han sido asesinados por defender sus tierras y bosques frente a actividades ilegales como la tala, la minería y el narcotráfico. Uno de los casos más recientes es el de Quinto Inuma Alvarado, un líder kichwa de la comunidad Santa Rosillo de Yanayacu, quien fue asesinado a balazos en noviembre de 2023. A pesar de haber recibido amenazas y solicitar protección, las medidas no fueron suficientes para garantizar su seguridad. Asimismo, desde el 2013, se han registrado al menos 32 asesinatos de líderes indígenas en Perú, pertenecientes a diversas etnias como los Kichwa, Kakataibo, Asháninka, Nomatsigenga, Yanesha y Kukam. Estos líderes han luchado valientemente por proteger sus territorios y la naturaleza, enfrentándose a grandes riesgos sin el apoyo adecuado del Estado.
Consecuencias de políticas y leyes enemigas del medio ambiente
En la región de San Martín, la deforestación ha sido un problema significativo. Se estima que aproximadamente 1.1 millones de hectáreas han sido deforestadas, lo que equivale al 29 % del territorio de la región La erosión del suelo es una consecuencia directa de esta deforestación, afectando la productividad agrícola y la sostenibilidad del medio ambiente.
El pasado 16 de setiembre, el diario Gestión precisó: “La región San Martín experimenta un incremento significativo de la temperatura diurna, fenómeno al que se suma un aumento de los incendios forestales y la deforestación, eventos que generan, además, una mayor contaminación del aire y al calentamiento global”.
Finalmente, según Elías Torres Flores, presidente del capítulo de Ingenieros Agrónomos del Colegio de Ingenieros del Perú, la ignición se incrementó en la región. “La deforestación y la quema de árboles generaron gases de efecto invernadero y residuos que, al mezclarse, forman una capa de esmog que calienta el ambiente”, es decir, bombas de tiempo que ya explotaron, la devastación y el daño ambiental es inmenso que afectó también a la sequía de los ríos amazónicos.