El turismo científico emerge como una alternativa sostenible que combina la investigación con la experiencia turística, ofreciendo un modelo que trasciende el enfoque convencional. En Los Órganos, Piura, el avistamiento de ballenas jorobadas se ha convertido en una actividad económica clave, pero su potencial como herramienta de educación y conservación aún no ha sido explotado plenamente. Este artículo analiza cómo esta práctica podría transformarse en turismo científico, generando beneficios tanto para la comunidad local como para el ecosistema marino. El turismo científico, definido como aquel que integra la exploración con fines educativos y de investigación, encuentra en Los Órganos un escenario ideal. La zona alberga ballenas jorobadas durante su temporada de reproducción (julio a octubre), atrayendo a visitantes interesados en su observación.
En una entrevista, el biólogo Piero Uceda Vega, especialista en observación de megafauna marina de World Wildlife Fund (WWF Perú), mencionó que, en el norte del país, organizaciones como Pacifico Adventure promueven la conservación de ballenas mediante la fotoidentificación de sus aletas caudales. Esta técnica permite estimar poblaciones y analizar movimientos en el Pacífico sudeste. A nivel nacional, Cetáceos Perú promueve el turismo sostenible y de divulgación científica, mientras que, regionalmente, WWF Perú, Colombia, Ecuador, Chile y Mesoamérica ejecutan estrategias como la actualización de normativas de avistamiento. Estas iniciativas locales, regionales y nacionales reflejan un esfuerzo coordinado para proteger este patrimonio natural, destacando la colaboración transfronteriza y el enfoque en regulaciones sostenibles. La recopilación de datos individuales y la promoción de prácticas responsables evidencian un avance significativo en la preservación de estas especies. Esta información permite que el avistamiento de ballenas en Los Órganos se convierta en una oportunidad única para desarrollar un turismo científico que priorice la conservación y el aprendizaje. Para lograrlo, es esencial establecer marcos normativos claros, promover la investigación local y sensibilizar a todos los actores involucrados. De este modo, se podrá garantizar que esta actividad no solo beneficie económicamente a la región, sino que también favorezca la protección del patrimonio natural.
En esa misma línea, la Lic. Mariella Bereche, exgerente de Desarrollo Económico y Turismo en la Municipalidad de Los Órganos, nos brinda un aporte importante sobre el desarrollo potencial del turismo científico. “El éxito del destino depende fundamentalmente de la base científica que sustenta su oferta turística. Inclusive, los operadores priorizan la contratación de biólogos marinos mediante convenios con universidades de Perú y Chile para captar talento joven, garantizando una interpretación ambiental especializada. Esta estrategia permite segmentar la demanda: desde visitantes ocasionales que reciben información básica hasta turistas especializados en cetáceos, cuyo perfil exige guionizados con contenido técnico y genera mayor derrama económica debido a su prolongada estancia y consumo de servicios premium (como charters privados para avistamiento prolongado)”, señala. Este contraste con el turismo convencional resalta la oportunidad de desarrollar productos diferenciados para mercados de alto valor, donde la experiencia se vincula directamente con la investigación y conservación marina.
Por otro lado, el licenciado en Turismo Dennis Castillo, asistente de IPerú – Piura, resalta el valor estratégico del turismo científico en Los Órganos por su triple impacto: educativo, ecológico y económico. Observa que, pese a los avances en promoción turística y formación de guías, persisten deficiencias en la regulación del transporte marítimo y se requieren protocolos más estrictos para proteger los ecosistemas. Entre sus propuestas destacan infraestructuras especializadas como muelles dedicados al turismo y sistemas de información turística para optimizar la experiencia visitante y analizar patrones de demanda. Su enfoque recalca la importancia de la articulación institucional entre sector público, operadores privados y comunidades, demostrando cómo el turismo responsable puede simultáneamente preservar el patrimonio natural, dinamizar la economía local y fomentar el aprendizaje colectivo.
Desde una perspectiva analítica, el turismo científico no debe ser visto como un simple complemento al turismo convencional, sino como un modelo transformador. En Los Órganos, su implementación, bien ejecutada, fortalecerá la economía local. Un ecosistema preservado y una comunidad educada justifican plenamente el esfuerzo. La clave estará en equilibrar la explotación turística con la responsabilidad ambiental, demostrando que el desarrollo y la sostenibilidad pueden ir de la mano.