ES | EN | PT |
Menu Cerrar
Encuentra el programa que buscas
Programas
Modalidades
Campus
Carreras
Noticias / Eventos +
Noticias / Eventos

El emprendimiento en la nueva normalidad

Por: Mgtr. Elmer Conde Villavicencio
Docente de la Escuela de Contabilidad
Campus Ate
octubre 30, 2024
Compartir:
emprendimiento-en-la-nueva-normalidad

Lecciones de la pandemia

 

La pandemia del 2020 nos dejó importantes lecciones. El entorno es más grande que cualquier organización; por lo tanto, la previsión es un ejercicio continuo que debe ir hasta la evaluación de escenarios poco probables.

 

Durante la pandemia, la ayuda del Estado, de organizaciones no gubernamentales y de iniciativas sociales espontáneas resultó insuficiente. Sin embargo, esta falta fue parcialmente compensada por la resiliencia de los emprendimientos preexistentes, emergentes, individuales, familiares y asociativos. Esto nos invita a reconocer su importancia y a fomentar su surgimiento y continuidad.

 

Estadísticas

 

Caída del empleo. Durante el segundo trimestre del año 2020, año de la pandemia, se perdieron 6 millones de empleos y la población ocupada se redujo en -39.6 %, según el Instituto Peruano de Economía, “Mercado Laboral Peruano: impacto post COVID-19 y recomendaciones políticas”, febrero 2021. Además, la caída en el stock de empresas respecto al primer trimestre de ese mismo año, fue de -2.3 % o -64.6 K empresas.

 

Enfocando el análisis en las Mypes (micro y pequeñas empresas), estas llegaron a ser 2,682 K, de las cuales el 95.7 % eran microempresas y 3.7 % pequeñas empresas, según el informe técnico “Demografía Empresarial en el Perú” del INEI, noviembre 2020. Es decir, el 99.5 % eran Mypes, porcentaje que se mantuvo constante en el período 2021 - 2023.

 

En el 2023, el empleo formal e informal de las Mypes fue 8.3 millones vs. 8.11 en el 2022. Un incremento de 2.4 %.

 

Otro dato relevante es que el 52 % de los emprendimientos estaba a cargo de jefes de hogar.

 

Período de vida: el período de vida de los emprendimientos en el Perú es de dos años para el 80 % de ellas, según publicación del diario Gestión: “Cuatro de cada cinco MYPES solo vive dos años en el mercado formal”, agosto del 2023.

 

Luego de este período, pasan al sector informal o dejan de operar. Ojo, en el 2023, el 86.3 % de ellas eran informales.

 

También están las que cambian de propietario o emprendedor. Unos están de salida e intentan traspasar sus emprendimientos bajo cualquier modalidad a otro, que pretende empezar.

 

Cuidado con estas cifras, si de cada cinco emprendimientos, cuatro fracasan antes de cumplir tres años, claramente algo no se está haciendo bien.

 

Formalidad, semiformalidad o informalidad

 

Entendamos como “semiformalidad o seminformalidad” a las organizaciones que, contando con algunos condicionamientos legales como el RUC, no cumplen en su totalidad con todos los requisitos impuestos por el Estado.

 

Siendo uno de los objetivos más preciados de un Estado eficiente, se debe procurar la mayor formalidad posible. Las Mypes reciben corrientes encontradas desde una misma fuente: el Estado.

 

Por otro lado, es importante precisar algunos puntos a favor. En lo tributario, el Régimen Único Simplificado o RUS, el Régimen Especial del Impuesto a la Renta o RER. En lo laboral, el Régimen Especial Laboral. En contra, encontramos las imposiciones legislativas asfixiantes y fiscalizaciones severas de instituciones que actúan de manera independiente unas de otras.

 

Quienes gestionan estas instituciones deben entender mejor que el aumento de alguno de los componentes de la estructura de costos de una Mype (sueldo mínimo vital, por ejemplo), impacta grandemente en el desarrollo o la continuidad de los emprendimientos. Igual las sanciones desproporcionadas o los cierres temporales.

 

El escenario muestra que, ser semiformal o informal es más conveniente y viable, económicamente, aunque prive a los emprendedores y sus trabajadores de los beneficios que podrían obtener de la formalidad.

 

¿Qué hacer entonces?

 

Hora de conclusiones:

 

  • El emprendimiento es inevitable en el sentir, pensar y actuar de los individuos de nuestra sociedad.
  • Ha demostrado ser, en los peores momentos, un salvavidas para la subsistencia personal, familiar y social.
  • Hay mucho espacio para la implementación de cualquier emprendimiento, siempre que el emprendedor conciba las exigencias teóricas y prácticas y organice su emprendimiento en el marco de la gestión empresarial y con conocimiento del mercado y su entorno.
  • La única forma viable para un emprendimiento, debería ser la formalidad.
  • El Estado no propicia, más bien desincentiva la formalidad.

 

Recomendaciones para iniciar un emprendimiento

 

  • El emprendedor debe olvidarse que basta solo con el empeño para poder organizarse y salir adelante, pues se debe considerar habilidades duras y habilidades blandas mínimas.
  • Aprender al menos lo básico en administración, marketing, ventas, atención al cliente, sistemas, contabilidad, tributación, economía, legislación comercial y laboral. ¿Parece mucho? Pues, solo se pide “lo básico”, lo suficiente para abrigar la esperanza de que su emprendimiento no será una estadística más de aquellos que caen antes de los dos años.
  • Conocer el mercado, el entorno y la naturaleza del negocio al que se dedicará su emprendimiento. Esto requiere tener capacidad de análisis para identificar las oportunidades y amenazas. Requiere tener criterio para entender e identificar costos fijos, variables, punto de equilibrio, flujo de caja, etc.
  • Capacidad de negociación exitosa, liderazgo, perseverancia y miedo. “Sí, tener miedo”, pero aprender a vivir con él. Un emprendimiento que no resultó, no es una pérdida, sino una inversión en aprendizaje.
  • El emprendedor debe tener conocimiento del core business de su emprendimiento. Una forma segura de fracasar es intentar desarrollar un negocio del cual no se tiene la menor idea de la operatividad, mercado, tendencias, etc. En este caso, el fracaso es pérdida.
  • Saber y emplear las herramientas de análisis básicas como el FODA, el Lienzo Canvas (o Lean Canvas). Entender que, si no se hace una verdadera propuesta de valor, se estará haciendo más de lo mismo.

 

Un emprendimiento no es fácil. En la mayoría de casos, llevan las esperanzas y recursos del emprendedor. Pero, no hacerlo, es quedar expuestos al entorno cada vez más exigente, cambiante y peligroso, como lo fue la pandemia.

 

Por esto último, tal vez la recomendación más importante va dirigida hacia quienes estamos en las aulas, ante los jóvenes que muy pronto serán los que guíen a nuestra sociedad.

 

Enseñarles, guiarlos, motivarlos, formar y desarrollar en ellos el espíritu emprendedor. Hacer que el emprendimiento sea parte de su ADN profesional. ¿Nos suena “familiar”? ¡Qué bueno!

 

No lo olvidemos, esta es una lección que también la pandemia nos ha enseñado.

Noticias relacionadas