El paradigma turístico global está pasando por una metamorfosis estructural que se ve en la consolidación del turismo experiencial y la aparición de microdestinos como unidades territoriales diferenciadas. Estos eventos modernos crean muchas oportunidades para regiones con gran diversidad biogeográfica y cultural -como Piura-, al interconectar las relaciones tradicionales entre visitantes, comunidades anfitrionas y espacios geográficos.
La concepción experiencial del turismo es un cambio epistemológico con el modelo convencional, donde el visitante pasa de una posición contemplativa a un rol protagónico, caracterizado por la búsqueda de vínculos auténticos con entornos socioculturales específicos. Según el estudio multidimensional que integró percepciones de 8000 huéspedes de Eurostars Hotel Company, se determinó que el 51,5 % de los viajeros contemporáneos prioriza la autenticidad mediante aproximaciones vivenciales, mientras que un 55,9 % privilegia manifestaciones culturales y un 29,9 % selecciona experiencias gastronómicas como vehículos de inmersión cultural.
Este modelo tiene características únicas:
- Autenticidad ontológica en manifestaciones que reflejan genuinamente la identidad local sin artificios comerciales.
- Participación multisensorial que trasciende la observación pasiva.
- Vinculación afectiva que genera nexos emocionales significativos con territorios y comunidades.
- Transformación introspectiva que modifica percepciones y valores personales.
- Sostenibilidad patrimonial que preserva los bienes culturales y naturales.
Según datos registrados por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), se puede evidenciar que, durante el período de enero a setiembre de 2024, Perú registró 2 449 582 arribos internacionales, representando un incremento interanual del 36,5 %. Este indicador muestra una recuperación del 73,8 % respecto a los niveles prepandemia. Dicha cifra está en línea con diferentes investigaciones de mercado que evidencian un incremento de ocho puntos en la demanda de experiencias turísticas alternativas desde 2019. Este crecimiento se debe principalmente al auge de actividades relacionadas con la naturaleza y la aventura. Al mismo tiempo, la idea de microdestinos ha cobrado importancia en términos taxonómicos como unidades geográficas definidas que ofrecen experiencias únicas y completas. En el 2024, la ONU Turismo seleccionó 55 lugares entre más de 260 solicitudes de todo el mundo para su programa “Mejores pueblos turísticos”. Cinco de estos lugares se encuentran en Perú: Huancaya en Lima, Leymebamba en Amazonas, Maras en Cusco, Quinua en Ayacucho y Sibayo en Arequipa. Estos espacios combinan la preservación del patrimonio con experiencias inmersivas, como los talleres de cocina tradicional en Quinua o el turismo comunitario en Sibayo, conocido informalmente como “Pueblo de piedra”.
En este contexto, la región Piura también presenta condiciones para la implementación de este modelo debido a su riqueza natural y sociocultural. Entre los atractivos de la región, destacan:
- Caleta El Ñuro: un ecosistema que permite interacciones con tortugas marinas en su hábitat natural.
- Cabo Blanco: playa histórica muy vinculada con deportes acuáticos.
- Colán: con la arquitectura característica de sus casas de playa.
- Catacaos: distrito caracterizado por ser el centro de producción artesanal que alberga un gran potencial para aprender técnicas tradicionales de sus artesanos.
- Desierto de Sechura: una zona árida ideal para actividades de aventura y observación astronómica.
- Los Manglares de Vice: ecosistema único con potencial para la observación ornitológica especializada.
- Las Huaringas: circuito de lagunas altoandinas con valor etnográfico por prácticas místicas tradicionales.
- Ayabaca: provincia rica en cultura y tradición, con un fuerte fervor religioso.
Para que el turismo experiencial funcione en nuestra región, se propone un enfoque de cinco dimensiones:
- Conectar circuitos temáticos mediante el diseño de itinerarios que vinculen microdestinos bajo temáticas específicas (gastronómicas, artesanales y de biodiversidad).
- Fortalecer capacidades endógenas mediante programas de formación, incubando iniciativas empresariales locales y formando mediadores culturales.
- Crear una plataforma digital integrada que visibilice estos destinos mediante generación de recursos transmedia.
- Formar alianzas institucionales estratégicas con vínculos de cooperación con plataformas especializadas y generadores de contenido en nichos experienciales.
- Establecer un sistema de certificación con mecanismos de verificación que garanticen la autenticidad y los estándares de calidad de los prestadores de servicio.
Como reto en su implementación, nos enfrentamos a varias situaciones críticas como: la deficiente planta turística con criterios ecológicos, la urgente necesidad de una capacitación integral para los actores involucrados, la falta de modelos de gobernanza participativa que protejan las tradiciones frente a los procesos de comercialización y una coordinación entre entidades públicas y privadas para la implementación de políticas públicas efectivas.
Ante una creciente demanda global por estas experiencias auténticas, Piura se encuentra frente a una oportunidad estratégica de promocionar su oferta turística, más allá de sus reconocidas playas y recursos costeros tradicionales. Una reorientación de la oferta turística permitirá diversificar su economía para generar puestos de trabajo cualificados, fortaleciendo sus atractivos de referencia y promoviendo su preservación. En un contexto de globalización cultural progresiva, la región tiene la posibilidad de ofrecer más elementos turísticos para que el visitante contemporáneo pueda valorar por su autenticidad, conexión emocional y renovación personal.
Para que este potencial se haga realidad y se puedan aprovechar al máximo sus beneficios, es necesario articular sinergias interinstitucionales y diseñar estrategias que brinden un equilibrio entre la conservación del recurso turístico y la dinamización de la economía para un desarrollo económico sostenible.