ES | EN | PT |
Menu Cerrar
Encuentra el programa que buscas
Programas
Modalidades
Campus
Carreras
Noticias / Eventos +
Noticias / Eventos

¿Cómo prevenir los delitos y proteger nuestra sociedad?

Por: Mgtr. Héctor Ching Morante
Docente de la Escuela de Derecho - SUBE
Campus Tarapoto
marzo 17, 2025
Compartir:
como-prevenir-los-delitos-proteger-nuestra-sociedad

 A través de los medios de comunicación, acabamos de ser testigos de la muerte de un reconocido abogado en nuestra provincia de San Martín. A mano armada, dos sujetos logran interceptar a la víctima cuando tranquilamente subía a su vehículo y lo aniquilaron de varios disparos, dejando a su familia al desamparo y a los profesionales del Derecho con la necesidad de asumir una actitud frontal ante estos hechos.

 

El propósito del presente artículo es motivar un análisis acerca de lo que significa el delito desde el punto de vista profesional, así como determinar las graves consecuencias que genera el delito en la sociedad.

 

¿Qué es el delito?

 

Iniciamos la respuesta recordando cómo se origina el Derecho y el significado que tiene en la vida social.

 

En sus orígenes, el Derecho proviene del término directum. Esto significa un camino recto por el cual todas las personas deben orientar su vida, sin apartarse de las exigencias de respeto mutuo, ni afectando intereses ajenos que son protegidos por el Derecho Penal. Además, se otorgan sanciones severas a quienes infringen la sana convivencia en la sociedad.

 

Descrito el Derecho con las normas que conducen a una convivencia pacífica, con el respeto a los intereses a los cuales el Estado brinda protección, existen personas que no cumplen con esta clara razón de vivir y dejar vivir, respetando a las demás personas, sin afectar sus intereses.

 

De esta manera, encontramos una clasificación de delitos que tienen que ver con la persona que los comete y su finalidad, afectando en determinados casos bienes jurídicos como la vida (homicidios, feminicidios, abortos, etc.), el patrimonio (hurtos, robos, extorsiones, apropiaciones ilícitas, entre otros), e incluso delitos que se vinculan a sujetos llamados funcionarios o servidores públicos que con sus acciones afectan la administración pública.

 

Es importante recordar que, si son hechos menores en cuanto a los intereses de la colectividad, son consideradas faltas.

 

Estas personas, que se apartan de lo que exige la sociedad, desarrollan con sus conductas que transgreden las leyes previamente establecidas por un legislador, encuadrándose en los tipos penales (leyes que describen delitos o faltas), afectando a la sociedad y por lo que deben ser sancionados.

 

El delito implica que profesionales conocedores del derecho y gracias al desarrollo de sus competencias, logren identificarlo, como resultado de un análisis efectivo a las conductas que merezcan sanción por su gravedad. Esto generaría que el delito se convierta en una figura técnica del derecho. Por lo tanto, la sociedad amerita contar con profesionales probos que logren identificar el delito cuando se presente.

 

¿Cómo prevenir los delitos?

 

Conocida la idea de delito y reforzando el propósito de contar con profesionales del Derecho que puedan identificar cómo se producen en la sociedad este tipo de conductas a las que debemos hacer frente, abordamos un propósito fundamental: su prevención.

 

¿Los profesionales del Derecho debemos esperar a que se produzcan los delitos para recién actuar? La respuesta es no. No hace falta solo el resultado, se puede actuar con una visión de prevención de delitos.

 

Prevenir un delito significa evitar su comisión y lograr que las personas no vean al delito como un camino fácil para poder subsistir en la sociedad.

 

¿Cómo logramos que este mensaje sea claramente concebido por cada integrante de la sociedad? La tarea no resulta sencilla para los profesionales del Derecho. No solo debemos conocer las leyes, sino convertirnos en verdaderos estrategas que vinculan al Derecho con otras disciplinas, a fin de garantizar la sana convivencia social.

 

De este modo, hablando de prevención, recordamos que la persona se desenvuelve en un entorno social, que lo unen con diferentes círculos, quienes le van inculcando valores que resultan necesarios para lograr su proyecto de vida y una convivencia armónica. Garantizar que el proyecto de vida social se desarrolle sin afectar intereses, es tarea del Estado y compromiso de la comunidad.

 

Los mecanismos de prevención de conductas lesivas o control social, tienen una clasificación formal e informal.

 

Los mecanismos de control social informales, que tienen el propósito de prevenir conductas delictivas, se relacionan con la persona desde inicios de su vida, cuando al nacer encuentra en la familia a los primeros encargados de transmitir valores y normas. Esto se complementa a través de la educación, amistades y religión, con el fin de formar un ciudadano leal al cumplimiento del Derecho y que garanticen una vida justa en sociedad.

 

Sin embargo, ¿qué sucede cuando los mecanismos de control social informales no logran su propósito? Entran a funcionar los mecanismos de control social formal, como el Derecho Penal, con sanciones severas que se puedan imponer.

 

El Derecho Penal es visto como la expresión donde el Estado puede sancionar las conductas más graves, con penas privativas de la libertad que imponen muchos años de suspensión de derechos fundamentales para quienes las cometan. Además, puede imponer el pago de multas o reparaciones civiles, a fin de subsanar los daños del delito.

 

Lograr que el Derecho Penal sea efectivo involucra que esta disciplina sancione las conductas dadas en los supuestos legales; que no sea solo una promesa política momentánea, sino un Derecho que se oriente a prevenir los delitos.

 

Entonces, debemos reforzar las labores de los mecanismos de control social informal, inculcando valores y convocando al Derecho Penal cuando solo sea necesario.

 

¿Por qué debemos prevenir los delitos?

 

La prevención del delito tiene un sano propósito: lograr que la sociedad avance y alcance su desarrollo en paz social.

 

Si permitimos que en la sociedad se generen nuevas formas delictivas o que quienes las realicen encuentren en la delincuencia una forma de subsistir, solo postergaremos el desarrollo de la sociedad en el tiempo, regresando a vivir situaciones que vulneran las leyes, sin respeto a los intereses de la colectividad y a la forma cómo resolvemos nuestros problemas sociales mediante el Derecho.

 

Cuando formamos parte de la colectividad, surge la voluntad de progresar. Esta decisión sufre un menoscabo ante la comisión de delitos. Esta afectación nos impide el desarrollo, pues nos deja en situación de inseguridad y desconfianza entre los miembros de la sociedad. Esto no debe pasar.

 

Conclusiones

 

Desarrolladas algunas reflexiones sobre los delitos, la comunidad debe despertar ante una realidad que se está volviendo muy grave. Los índices delictivos no se detienen y cada vez encontramos nuevas formas de realización que ameritan ser abordadas con mecanismos de control efectivos.

 

La familia, la escuela y el entorno religioso deben asumir con fuerza el rol que les corresponde: formar ciudadanos con valores, con el propósito de fortalecer a la sociedad y no afectarla.

 

El Derecho Penal debe ser cada vez más efectivo, con leyes que resuelvan los conflictos sociales y que no sea transitoria la vigencia de sus leyes. El Derecho es para los contextos, no para las coyunturas.

 

Personalmente, el crimen contra este profesional del Derecho me afecta. Falleció un abogado a quien conocí en su camino de formación profesional en la Universidad César Vallejo. Fuimos testigos de cada reto que asumió profesionalmente, conservando una amistad que trascendió las aulas universitarias y que convierte este artículo en un homenaje a su trayectoria.

 

Porque la justicia prevalece resolviendo los casos más graves, sé que solo es un hasta pronto, estimado Luis Felipe.

Noticias relacionadas