El 59.5 % de la población económicamente activa en el Perú es joven, principalmente entre los 14 y 49 años, según informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Además, nuestro país registra una preocupante tasa de desempleo del 5.9 %, la cual se agudiza en menores de 25 años. Frente a esta realidad, el 54 % de los jóvenes busca emprender su propio negocio en diferentes rubros, como venta de ropa, comida, productos artesanales, chocolates, tragos exóticos, bocaditos regionales, entre otros. Sin embargo, también hay quienes, para generar ingresos y autonomía, realizan trabajos independientes.
Por otro lado, es importante destacar que el 60 % de estos emprendimientos carecen de innovación y sostenibilidad; a ello se suma la alta tasa de inseguridad, inestabilidad política y económica. Estos problemas generan que el 80 % de los emprendimientos fracasen en su primer año, debido a barreras como la falta de capacitación técnico-productiva, acceso a fuentes de financiamiento y desconocimiento de herramientas de gestión, que son necesarias para viabilizar emprendimientos. Las iniciativas del Gobierno son muy débiles y engorrosas.
En la región San Martín, los jóvenes están concentrados en las zonas urbanas con el propósito de acceder a centros de formación educativa y la búsqueda de nuevas formas de ingreso. En ese proceso, desarrollan emprendimientos de subsistencia, evidenciando una deficiente gestión financiera, sin inversión en tecnología y carentes de innovación, condiciones adversas que dificultan el cumplimiento de estándares de calidad e impiden el crecimiento sostenible de los emprendimientos.
Desafíos de los jóvenes emprendedores en la región
En San Martín tenemos factores productivos importantes que provienen del sector agro-productivo, destacando la ganadería, acuicultura, forestal, plantas medicinales, cacao, café, plátano, yuca, coco y la amplia gama de frutos amazónicos. ¿Qué aspectos clave requieren los emprendimientos en la región para la sostenibilidad?
Oferta educativa técnico-productiva acorde a la tendencia de mercado
En la región, la oferta educativa es limitada en capacitación técnico-productiva; ello impide que los jóvenes adquieran habilidades laborales y competencias que faciliten la incursión en el mercado laboral o emprender en un sector específico. El Estado —a nivel nacional, regional y local— debe impulsar capacitaciones técnico-productivas a jóvenes emprendedores. Asimismo, existe la necesidad de brindar orientación para cumplir normas de bioseguridad y sanitarias, ya que el incumplimiento puede llevar a fuertes multas y cierre de los negocios.
Formalización y gestión financiera
La informalidad impide que los emprendimientos accedan a productos financieros, lo que genera falta y encarecimiento del capital de trabajo. Un alto porcentaje de mypes son informales, limitando la focalización para recibir asesoría en planes de negocio y proyecciones financieras.
Dotación de infraestructura y tecnología
Los sectores productivos carecen de acceso a infraestructura digital y sistemas de información eficiente, afectando la competitividad y el acceso a mercados que requieren trazabilidad. Otra debilidad es el escaso conocimiento de la tecnología referente al uso de la biodiversidad para generar bienes y servicios con mayor valor agregado.
Fortalecer capacidades sobre medio ambiente y negocios ecoamigables
En San Martín existe un alto potencial para emprender en negocios ecoamigables. La agroproducción tiene un déficit de energía. El manejo inadecuado de los residuos sólidos y el alto uso de material contaminante han ocasionado un impacto negativo en nuestra biodiversidad. Es importante fortalecer capacidades en los emprendedores para mitigar la deforestación, poner en valor los ecosistemas y las cadenas productivas que impulsen la promoción del bienestar de las comunidades locales.
En conclusión, 8 de cada 10 emprendimientos en la región y el país fracasan por no contar con una capacitación técnico-productiva acorde a las tendencias del mercado, un capital de trabajo con tasas superiores a la rentabilidad y la falta de innovación. Además, un alto porcentaje son informales, no reciben asesoría en planes de negocios y son inelegibles para acceder a un crédito que apalanque el emprendimiento.
Por lo tanto, impulsar el desarrollo económico del país y la región San Martín debe enfocarse en mejorar la competitividad empresarial de los jóvenes, dotándolos de infraestructura tecnológica que les permita articular con los mercados y desarrollar negocios online.
Asimismo, se deben diseñar estrategias para fomentar la formalización de los emprendimientos y fortalecer capacidades en temas de sostenibilidad ambiental, económico y social que permitan innovar e impulsar negocios ecoamigables.
Finalmente, es necesario dotar de herramientas de gestión empresarial y articular los negocios a los mercados nacional e internacional con estándares de calidad, responsabilidad socioeconómica, valor agregado y una estrategia necesaria para generar condiciones e impulsar el emprendimiento con potencial exportador.