Los niños y niñas están próximos a iniciar clases bajo la modalidad híbrida; remota y presencial; son las propuestas que está estableciendo el Ministerio de Educación; las instituciones educativas de todo el Perú están adaptando sus planes de trabajo y estrategias para un retorno seguro a las aulas.
Este inicio de clases se da después de 2 años de ser anunciada la propagación de la pandemia; por ello es indispensable la organización y el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa. UNICEF hizo un pronunciamiento por medio de una nota de prensa con 10 recomendaciones, las cuales nacieron de reuniones y diálogo consensuado con los actores educativos, como: padres, docentes, directivos e incluso estudiantes; esta buena práctica nace a consecuencia de la necesidad de aprender de esta nueva realidad, teniendo presente que el involucramiento y compromiso puede permitir un avance significativo en la educación.
La Pandemia llegó a cambiarnos la vida, nos hizo comprender que no debemos bajar la guardia, por ello, el aprendizaje de nuevos hábitos tiene que estar enfocados a la vida. El aprendizaje para la vida, es un concepto que cobró trascendencia a consecuencia de la emisión del Informe de Delors en el año 1996; el cual, cobra visibilidad a consecuencia de la Agenda 2030 propuesta por UNESCO; aquí se encuentra el objetivo 4 “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todas las personas”.
Aprender bajo este enfoque es entender que no solo se aprende en un período de la vida, además, considera los espacios en los cuales aprendemos a ser ciudadanos responsables que buscan el bienestar de los demás. Visto de esta forma, aprender para la vida nos permitirá incorporar buenas prácticas, en las que todos debemos contribuir.
Las clases están iniciando los primeros días de marzo y con ello un gran reto para los padres que tienen menores en el nivel inicial, los niños de este nivel van a experimentar un inicio de clases diferente; por ello, las familias deben estar preparadas. El proceso de adaptación a la escuela debe ser trabajado con diversas actividades, mostrando seguridad y motivación; la actitud de los padres es primordial para garantizar la correcta integración de este proceso en niños menores de 6 años. A continuación, se brindan algunas recomendaciones dirigidas a la comunidad educativa.
Maestros:
- Organizar los espacios teniendo en cuenta los protocolos de bioseguridad.
- Informar a las familias cada una de las decisiones que se tomen para el retorno a clases.
- Contar con una comunicación clara y efectiva ayudará a lograr un retorno amigable.
- Planificar el desarrollo del retorno a clases, con el fin de respetar las medidas sanitarias.
- Incorporar actividades educativas que fomenten y refuercen un enfoque integral.
- Monitorear el estado socioemocional de los estudiantes.
- Equipar las escuelas con dispositivos de conexión que posibiliten el apoyo del desarrollo de competencias.
- Contar con protocolos en caso de emergencia.
- Respetar las disposiciones de jornada escolar acordadas en la escuela, a fin de apoyar un retorno amigable.
- Fomentar la comunicación entre docente y padre de familia, con la finalidad de vigilar el desarrollo cognitivo y emocional del estudiante.
- Respaldar las medidas de bioseguridad implementadas en la escuela.
- Involucrarse de manera activa en el desarrollo de las competencias educativas.
- Informar oportunamente a la escuela el estado de salud para tomar las medidas necesarias de bioseguridad.
- Desde el estado, difundir e implementar los protocolos y lineamientos para el buen retorno a clases.
- El apoyo del personal policial, serenazgo ayudará a dar confianza y seguridad a las familias.
- Aliados como la posta o centros médicos cercanos a la escuela, ayudarán a brindar información certera sobre el COVID - 19 y orientar en casos positivos.
- El apoyo de la iglesia fortalecerá el estado emocional de los miembros de la comunidad educativa.
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