Hace poco escribíamos sobre los dos proyectos presentados a nivel congresal para el uso de la asamblea constitucional. Terminado y remitido nuestro artículo, el Ejecutivo presentó, con fecha 25 de abril, un nuevo proyecto que suma como tercero y pretende que se autorice al presidente de la república a someter a referéndum la consulta para convocar a Asamblea Constituyente e incorporar un nuevo artículo, el 207, para que esta sea la encargada de elaborar la nueva Constitución y, luego, se someta a referéndum para su aprobación. La presidenta del Congreso ya adelantó comentario en una declaración periodística en el sentido de que, si es así, el Ejecutivo sería pasible de denuncia constitucional.
Ciertamente, es más probable que el Parlamento decida no aprobar el proyecto y archivarlo, ya que las posiciones entre uno y otro poder estatal son abiertamente incompatibles. Por ello, creemos que no habrá posibilidad alguna de que esto se cristalice. En todo caso, será a partir de ese rechazo que podremos observar las nobles u oscuras intenciones de quienes hoy forman parte del Poder Ejecutivo.
Ahora bien, en el supuesto e hipotético caso de que este proyecto se convirtiera en ley, si finalmente terminara siendo aprobado por el pleno, estamos seguros de que, sometida a referéndum la posibilidad de la instalación de una Asamblea Constituyente, la ciudadanía no la aprobará. Esto por cuanto el índice de desaprobación del Ejecutivo es bastante alto, casi en el mismo nivel del propio Legislativo. Así las cosas, en el contexto social, difícilmente habrá oportunidad para llevar adelante esta intención, puesto que es la mayoría del pueblo la que viene manifestándose en contra del trabajo que viene realizando este poder con el presidente a la cabeza.
De allí en adelante, debemos estar vigilantes y observar cuál será el comportamiento del Ejecutivo en relación a este rechazo, a la espera de que, como lo ha venido declarando, esté dispuesto a respetar la decisión del pueblo que lo eligió. Por consiguiente, si el resultado es negativo, deberá respetar esta decisión y no optar por medidas alejadas de la legalidad, circunstancia en la que deberá tener el apoyo de las Fuerzas Armadas, las que, estamos seguros, no apoyarán una actitud contraria a la ley y la democracia, escenario muy distinto al que en su momento tuvo el gobierno de los noventa, que sí contó con la anuencia de los defensores de la patria. Humilde opinión.
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