Las matemáticas desempeñan un papel fundamental en nuestra sociedad al ser el lenguaje universal que nos permite cuantificar, estimar, predecir y llevar a cabo una variedad de actividades en nuestro día a día. Desde una edad temprana, nos enseñan conceptos básicos como contar y sumar, y a medida que crecemos, continuamos aprendiendo una amplitud de temas matemáticos. Sin embargo, a lo largo de este proceso de aprendizaje, es común encontrarnos con actitudes negativas que frenan o dificultan nuestro conocimiento en esta disciplina.
A pesar de su importancia, las matemáticas a menudo se perciben como una materia difícil y abstracta. Muchas personas desarrollan una aversión hacia ellas, experimentando ansiedad o miedo cuando se enfrentan a las matemáticas. Esta actitud negativa puede tener sus raíces tanto en experiencias educativas previas, debido a problemas de aprendizaje, poca motivación, deficientes estrategias del docente y otras variables asociadas a la dificultad.
Es usual escuchar que las matemáticas son solo para personas superdotadas o genios. Esta representa una creencia negativa que afecta la percepción de que las matemáticas son una materia que puede ser aprendida, comprendida y puede llegar a gustar. Pero, para que esto pueda suceder, existe una serie de factores que empiezan con la actitud favorable, la disposición de la persona para aprender, la motivación extrínseca, la forma de enseñar y otros elementos que influyen en el proceso de aprendizaje de las matemáticas. Es importante precisar que, las matemáticas, como otras disciplinas que son consideradas como difíciles, no son exclusivas de un determinado grupo de personas, porque todas las personas tienen la capacidad para desarrollar habilidades matemáticas.
Otra percepción negativa comúnmente asociada a las matemáticas, es que estas son consideradas por algunas personas como aburridas, puesto que en su interacción con ellas no encuentran la conexión entre el conocimiento de las matemáticas y sus aplicaciones prácticas; es decir, no han encontrado el sentido y la relevancia de las matemáticas en su vida cotidiana. Sin embargo, las matemáticas son una disciplina apasionante, interesante y son mucho más que las fórmulas que se enseñan.
Es hora de desmitificar las actitudes negativas hacia las matemáticas, por ello es necesario que se realicen intervenciones adecuadas para fomentar un ambiente de aprendizaje para alentar o estimular en los estudiantes el gusto por las matemáticas y lograr que quienes tengan dificultades puedan aprender y desarrollar capacidades y competencias matemáticas para la vida.
Las matemáticas son tan importantes como otras disciplinas que se estudian, pero no a todas las personas les gusta y algunas tienen una percepción negativa y desarrollan actitudes no favorables en su aprendizaje. Estas actitudes tienen su fuente en diversas creencias y percepciones que la influyen. No obstante, las matemáticas, como cualquier otra materia, puede ser aprendida por todas las personas.
Es fundamental reconocer que las actitudes negativas hacia el aprendizaje de las matemáticas pueden ser superadas a través de la intervención adecuada. Para ello, no solo es cuestión de adoptar una educación de calidad, sino también, desde la labor del docente involucrarse aplicando estrategias en su práctica pedagógica y lograr desbloquear las actitudes no favorables hacia el aprendizaje.
