Menu Cerrar

La PEA peruana: Los jóvenes empleados y los ninis

Por: Universidad César Vallejo
Noviembre 11 de 2022
Compartir:
María es una joven de diecinueve años, estudiante del último año de una carrera técnica. Cada día, desde las 8:00 a. m. hasta las 12 m., se sienta frente a su PC para conectarse y realizar trabajo remoto para un call center. Ya lleva tres meses en ello entre atender llamadas de ventas, soporte de servicio en línea y escuchando todo tipo de quejas de los clientes. Por las noches, se conecta a la plataforma de su instituto a sus clases en modalidad virtual hasta las 11.30 p. m. Muchas veces, se queda despierta hasta las 2:00 a. m. para avanzar en las tareas y trabajos que enviará antes del sábado de cada semana.  Comenta que, al inicio del trabajo, experimentó ansiedad, nerviosismo y enojo; estuvo tentada a renunciar un par de ocasiones, pero con los días fue cambiando al notar que iba desarrollando habilidades de escucha activa, empatía, argumentación y negociación. Ahora realiza su trabajo más relajada y segura de sí misma. Estas nuevas habilidades que ha descubierto y viene repotenciando le han permitido que, en las clases virtuales, se enfoque más allá del tema que tratan; le motivan a investigar, cuestionar y analizar, a exigirse más y ello se refleja en la calidad de sus tareas y trabajos.   Pedro es un joven de veinte años, terminó la secundaria a duras penas a los dieciocho. Desde niño, le gustaba el fulbito y juega bien; siempre esperaba con ansias la hora del recreo para salir a jugar con sus compañeros. Del estudio, muy poco se preocupaba, pues las tareas las hacía con su madre, quien siempre terminaba “ayudándole haciéndoselas”. Su padre es maestro albañil en construcción civil, sabe de su habilidad en el fulbito y siempre le ha dicho que logrará muchas cosas sabiendo jugar a la pelota y, por lo tanto, no es necesario que estudie algo, que ya se le presentará la oportunidad. Los jóvenes de su barrio estudian o trabajan, por eso Pedro espera los fines de semana para jugar con ellos. Los otros días de la semana camina diez cuadras para jugar al fulbito con otros jóvenes que están en la misma situación que él y se pasan el tiempo peloteando.  Pedro es el mayor de cuatro hermanos, no trabaja ni estudia, piensa que en algún momento jugará para algún equipo, pero nunca se ha presentado a alguno o buscó información de cómo hacerlo. Ahora se pasa el día viendo televisión. Eso sí, todas las noches se las arregla para salir de casa y ver a su enamorada que vive a dos cuadras. Ambos no lo saben, pero la chica ya tiene 10 semanas de embarazo. El futuro de Pedro es incierto, sin metas ni objetivos.   Isabel cumplirá veintiún años este mes de agosto y lleva estudiando Ingeniería Química tres años en una universidad nacional. Es natural de un pueblito de la sierra liberteña y son de escasos recursos. Isabel se esfuerza en sus estudios y tiene muchas ganas de salir adelante, pues su madre le ha dicho desde niña que quien estudia, triunfa. Su meta es trabajar en una empresa grande. Su padre piensa que mejor debería estar en casa para ayudar a las labores de pastoreo y no en una ciudad grande donde se genera mucho gasto.  La universidad dispuso que las clases sean virtuales y todos los estudiantes deben disponer del equipo necesario para conectarse a ellas. Ante esto, Isabel regresó a su pueblo, pues es consciente de su realidad: no tiene una PC ni laptop: no podrá conectarse a las clases virtuales, no podrá seguir estudiando este año. Sus ganas de seguir estudiando se esfuman. Tres historias diferentes y relacionadas entre sí. Veamos algunos datos que son interesantes de analizar:  María, Pedro e Isabel son parte de los 8 millones 441 mil jóvenes entre 15 y 29 años que hay en el Perú y son parte de la población económicamente activa (PEA).  María e Isabel son parte de las 4 millones 165 mil mujeres de 15 a 29 años y Pedro es parte de los 4 millones 275 mil jóvenes entre 15 y 29 años. Ahora bien, María e Isabel son parte del 35,8 % de jóvenes que cuentan con educación superior. María al 14,3 % de formación no universitaria. Isabel al 21,5 % de educación universitaria. María también trabaja (3 millones 910 mil PEA en el área urbana) y está en el 21,4 % de jóvenes que tienen un trabajo formal, cuentan con seguro de salud (64,8 % en el área urbana) y a la vez en el rubro de servicios, que representa el 41,9 %. Ella percibe su sueldo que le depositan a una cuenta de débito (32,4 % de jóvenes cuenta con una cuenta de débito) y a la vez es parte del 40,1 % de jóvenes que tienen acceso a algún servicio del sistema financiero formal.
Noticias relacionadas
Convenio FRM y UCV

UCV se convierte en la primera universidad de Latinoamérica en firmar convenio con Fundación Real Madrid

Virtual Educa convenio

¡Nueva alianza estratégica! La UCV firmó memorando de entendimiento con Virtual Educa

Mgtr. Marcelo Linares

UCV: docente participó como ponente en la Semana de la Comunicación en Colombia

Convenio UCV y UDI

UCV firma convenio con universidad colombiana para impulsar formación internacional de sus estudiantes

Sport Values Academy FRM

Sport Values Academy: vallejianos tendrán la oportunidad de conocer la ciudad deportiva del Real Madrid

¡Aliado internacional! En beneficio de su comunidad, la UCV firmó acuerdo con la Universidad de Panamá

Dr. Juan Britman Vallejos Tafur

Las finanzas y su impacto en la economía del Perú: causas, efectos y recomendaciones

Mgtr. Elar Francisco Santos Díaz

La importancia de la ética en la profesión contable: un llamado a la integridad